Conectando miradas. Una autoetnografía intercultural artística

La pluralidad respecto a la cultura está cada vez más presente en las sociedades; dicha transformación ha suscitado múltiples interpretaciones y posicionamientos relacionados con la diversidad cultural. Entendemos la diversidad como un objeto socialmente deseable, que conlleva cambios y desafíos especialmente en la acción educativa (Godoy, 2009). Pues, como defienden Fullana et al., (2017) la aceptación de la diversidad permite la mejora y el enriquecimiento de las condiciones y de las relaciones culturales entre las personas y los grupos sociales, debido a que es percibida como una característica que forma parte de la naturaleza humana.

Durante la ponencia se pretende mostrar una experiencia relacionada con el marco educativo e intercultural desde un discurso decolonial, partiendo de la hipótesis de que el arte fomenta la toma de conciencia cultural en las prácticas educativas y sociales, ya que como destaca Eisner (2012), las obras de arte impulsan a adentrarse de nuevo en los momentos vividos y a descubrir ideas y sentimientos escondidos. Para ello ha sido fundamental escuchar la voz de artistas que exponen con sus obras, la historia y los referentes culturales a toda la comunidad desde una mirada que muestra la belleza de la cultura, además, comparten con Dewey (2008) que el peor enemigo de la mediocridad es el arte. Con este trabajo se sugiere que es posible una vinculación con la que se complementen el arte y la educación, ensalzando las características individuales de cada una sin desvalorizar ninguna de las dos.

El objetivo se basa en conocer qué cambios de posicionamiento, en la etnógrafa y en su entorno, han implicado los encuentros vividos y cómo se ha fomentado la toma de conciencia cultural en las prácticas educativas y sociales vinculadas con el arte. Para ello se ha utilizado una metodología de investigación cualitativa, concretamente el método autoetnográfico, ya que como argumentan Chamberlain et al. (2011), puede situar con mayor facilidad a la investigadora en los mundos vitales y en los espacios de los agentes participantes. La posición como etnógrafa comienza en el papel de dinamizadora de un taller sobre identidades culturales y acaba como voluntaria en una comunidad africana, lo que hace que la propia percepción del lugar e interacción con los participantes cambie en el proceso y sea analizada en el relato etnográfico. Los resultados muestran cómo los encuentros interculturales artísticos permiten romper prejuicios y construirse a uno mismo gracias al contacto con los demás, ya que, para encontrarse es imprescindible reconocer a la otra persona en la relación que se ha establecido (Abdallah-Pretceille, 2006).

Finalmente, este trabajo cuestiona la existencia de la realidad homogénea en nuestras sociedades, evidenciando que al reconocer sólo las perspectivas mayoritarias, se deja fuera lo particular y especial de cada individuo. Todo ello mediante el arte, puesto que aporta fundamentos en la experiencia personal, desarrolla la perceptividad y permite apreciar lo que previamente era insignificante (Eisner, 2018). Así mismo, muestra a profesionales del ámbito educativo que la etnografía puede ser una estrategia metodológica y teórica útil para la diversidad individual que encontramos en la escuela y el aula (Montero-Sieburth, 2006).

Palabras clave