A partir de la conceptualización de la colonialidad como fundamento del colonialismo, la llamada perspectiva decolonial de las ciencias sociales y humanas ha señalado otras esferas, más allá de las colonizaciones políticas, en las que esta lógica se presenta. Se trata de formas con efectos funestos como la represión y la opresión política y cognitiva, el empobrecimiento de colectivos racializados y, en general, todo poder de veto que los individuos o grupos más poderosos ejercen sobre la vida de la parte de la sociedad con menos poder (Boaventura de Sousa Santos), relaciones que muestran que, como forma de dominación, la colonialidad persiste. Lo hace a través del ejercicio de un criterio de establecimiento de la diferencia basado en la distinción fundamental –y ficcional– de la raza, aunque en la práctica supera con creces este criterio. En este sentido, la desigualdad, la exclusión y, en general, la discriminación contemporáneas son efectos de la colonialidad.
Ante estas manifestaciones de pensamiento abisal se levantan formas de resistencia que las desafían, formas de conciencia de oposición (Chela Sandoval) que se articulan a partir de la decolonialidad como actitud fundamental. Esta disposición básica sostiene las prácticas en sí, originando un tipo particular de teoría filosófica (Nelson Maldonado-Torres) como la que puede representar la no-indiferencia ante el horror de la colonialidad de una ética de la alteridad frente a la lógica del establecimiento de la diferencia de la colonialidad. En esta propuesta analizaré esta suerte de ethos de la decolonialidad y la forma en la que ese tipo de teoría filosófica particular se relaciona con experiencias concretas de decolonización.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 22/05/2021 a las 16:32:16
Estimado Miguel:
Muchas gracias por la breve ponencia y por las referencias. Una breve pregunta, ¿consideras que las emociones y lo que la teoría de los afectos denomina configuración afectiva puede ser un recurso clave en la construcción del ethos decolonial?
Un saludo.
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Elena Yrigoyen Carpintero
Comentó el 20/05/2021 a las 22:50:38
Muchas gracias por la ponencia, tanto por su claridad como por su contenido, Miguel. En la medida en que no conozco bien estas cuestiones, quería preguntarte algo más por el concepto de conciencia opositiva; puesto que se forma en la relación de oposición a otra cosa, ¿cómo escapa de la lógica de la diferencia? Disculpa la amplitud de la pregunta y mi falta de conocimiento a este respecto. Muchas gracias de nuevo. Un saludo.
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Miguel Mandujano Estrada
Comentó el 21/05/2021 a las 12:24:02
Gracias por la pregunta Elena. Lo que tú observas respecto de una conciencia opositiva, lo han observado otros compañeros respecto de la idea misma de decolonialidad. Tienen mucha razón en señalar el riesgo del "cambio de papeles" que podría representar la oposición, o la decolonización. En parte, me parece que filtramos ambas nociones a través de la lógica revolución-contrarrevolución o la oposición amigo-enemigo, seguramente porque yo no he sido capaz de explicarlo mejor, y, por otra parte, porque es un prejuicio, en cuanto premisa epistémica, muy natural en el contexto de la racionalidad moderna.
Entonces, creo que tendría que enfatizar que este carácter 'opositivo' de la conciencia no es una oposición unívoca o una oposición frente a un tipo de dominación, sino una "forma de ser" de la conciencia, en concreto, de la conciencia de los movimientos sociales (como el feminismo del tercer mundo, en la obra de Chela Sandoval) emancipadores. La idea, que luego desarrollaría también Donna Haraway, es interesante si vemos, precisamente, la forma en que 'las personas oprimidas' resisten a la dominación, con una especie de promiscuidad que les permite pasar de una conciencia liberal a una revolucionaria (el ejemplo es de Chela Sandoval) en la búsqueda de la liberación. De acuerdo con Sandoval, lo que opera en estos mecanismos es una "conciencia diferencial", donde "diferencial" no es lo que yo he llamado "criterio de establecimiento de la diferencia", sino una forma (como el embrague de un coche) que permite engranar y desengranar formas de la concienca en esa búsqueda de emancipación. Precisamente, parte del sentido de mi título era oponer esa forma de la conciencia neoliberal que establece diferencias y crea fronteras insalvables entre los seres humanos, a una conciencia diferencial que se vincula y desvincula a diferentes opciones buscando la emancipación. El lugar donde esto ocurre es un ámbito decolonizador como disposición fundamental; este es mi interés actual.
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Alberto Ruiz Méndez
Comentó el 20/05/2021 a las 21:07:27
Hola, muchas gracias por sus reflexiones. Cuando hablamos de colonización creo (pues no soy experto) que podemos decir que es una forma de imposición cultural (en el amplio sentido del término); esta imposición podría ir desde las formas de vestir hasta un cambio forzoso de religión... sin pretender deslegitimar la decolonización, ¿cómo se puede pensar ésta a partir de generaciones que ya están acostumbrados a ese originalmente cultura impuesta y que no necesariamente la ven como algo negativo, sino como una aspiración legitima con la cual dirigir su vida? Saludos.
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Miguel Mandujano Estrada
Comentó el 21/05/2021 a las 12:05:43
Hola Alberto.
En lo personal tengo cierto prurito con "lo cultural". Creo que es un cajón de sastre demasiado amplio en el que a veces se nos pueden 'revolver' los sentidos que le damos. En concreto, no diría "imposición cultural" en el sentido al que te refieres, porque no es lo mismo asumir e integrar formas específicamente culturales que políticas. Tendría que matizar, desde luego, pues en cierto sentido lo cultural es político, pero 'formas de vestir', por ejemplo, en un mundo en el que la globalización ha dejado de ser una anomalía para convertirse en característica, podría ser un elemento con menor relevancia. Se me ocurre pensar en los nativos en territorio estadounidense, cuya forma de vestir integra muchas veces la moda 'cowboy'. Es sumamente paradójico, pues las botas o los sombreros texanos podrían ser símbolos de aniquilamiento y dominación, y sin embargo, en muchos casos y corriendo el riesgo de generalizar por mor del ejemplo, no lo es. Por otro lado, que estos nativos o igualmente el pueblo chicano vistan 'a la vaquera' no neutraliza, per se, su capacidad de resistencia, con una resiliencia, de hecho, notable.
También podría decirlo de la religión, por ejemplo, respecto de las colonizaciones hispanas del siglo XVI. Este es uno de los aspectos que con mayor claridad representan las formas 'radicales' en que se llevó a cabo la conquista, y sin embargo, hoy constituye, sin lugar a dudas, una característica, para bien o para mal, de las formas de sociabilidad en LA. Al igual que en el ejemplo anterior, haber integrado la religión cristiana católica, no resta capacidad decolonizadora, por ejemplo, a los movimientos indígenas, como no lo hizo, antes por el contrario, con los movimientos obreros del siglo pasado.
Algo similar he respondido a la pregunta que sigue a esta; decolonización no es contracolonización, y pensar en que estos procesos toman una forma de relación amigo-enemigo, se debe tal vez a lo extendido que está la lógica revolución-contrarrevolución. Como alternativa, pienso en una ética intercultural, crítica y situada.
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Alejandro Álvarez Carrizo
Comentó el 20/05/2021 a las 11:40:05
Muchas gracias por la aportación de sus trabajos así como por la ponencia.
Es muy interesante el análisis que realiza sobre la colonialidad y la decolonización. Si partimos de la idea defendida de que los procesos actuales de colonización no necesitan de presencia militar, física o política, sino que están constituidas mediante relaciones económicas, relaciones sociales o mediante la implantación de formas de pensamiento. Como forma de resistencia se plantean procedimientos y ejercicios decolonizadores. En ambas situaciones se mantiene una dualidad, una bivalencia y una relación de sometimiento o resistencia entre un agente colonizador y otro agente colonizado. El problema que se me plantea es el siguiente: si pudiera constituirse un nuevo ethos político y social fundamentado en las teorías descritas en su ponencia, ¿cómo podríamos evitar que el resultado de las transformaciones políticas y sociales emergentes a raíz de la decolonización se instauren como futuros procesos colonizadores que impongan nuevas legitimaciones? ¿Cómo evitar que los procesos de resistencia o de decolonización no supongan nuevos procesos colonizantes?
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Miguel Mandujano Estrada
Comentó el 21/05/2021 a las 09:05:30
Gracias por la pregunta. En mi breve intervención no ahondo en esos ejercicios decolonizadores, los cuales pueden ser de muy diversos tipos: artísticos, epistémicos, sociológicos, políticos, etc. El alcance también será variado pero no así su sentido en el propio contexto en que se generan. Por lo demás, ninguno de ellos, por norma general y desde mi punto de vista, obedecen a la lógica amo-esclavo ni exactamente buscan mantener una dualidad. Si lo he dado a entender, debo inisistir entonces en que se trata, más bien, de poner en entre dicho esa suerte de 'líneas de frontera radicales' entre una valencia y otra. En este sentido, la conciencia de la colonialidad percibe precisamente esas fronteras que le han sido impuestas y, efectivamente, sería contradictorio que ante ello impusiera otra frontera o una frontera mayor, como apunta en el fondo la pregunta.
Entonces, ¿cómo hacer? Aquí la respuesta la dan (no 'deben darla') los mismos movimientos sociales y los colectivos en resistencia. Es decir, creo que una pauta normativa sería menos efectiva que una observación de lo que efectivamente hacen estos grupos, para teorizar, si se quiere, a posteriori. En este sentido, lo que observo es que hay más integración que dualidad. Pienso por ejemplo, de acuerdo con el contexto de Chela Sandoval, a quien me he referido, en el arte chicano o 'rasquache', una forma de resistencia artística que integra 'lo gringo' (lo estadounidense) y lo mexicano como una suerte de tercera vía que define 'lo chicano'. En otro sentido, me vienen a la mente algunas 'resistencias' indígenas en el centro de México que, haciendo uso del aparato jurídico del Estado (no fuera de él), han recuperado el control de sus recursos financieros. Yendo a la teoría, se trataría, me parece, de una lógica intercultural, crítica y situada, cuyo primer componente es la autocrítica.
Espero haber respondido a la inquietud.
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Giovanna Izquierdo Medina
Comentó el 19/05/2021 a las 12:30:04
Estimado Miguel. Muchas gracias por su ponencia, son unas reflexiones muy interesantes y que, sin duda, nos atraviesan a todos y a todas. Sin embargo, no es una temática que se aborde en profundidad en los medios de comunicación o en las escuelas ¿Cómo cree que la población podría tomar conciencia de estas cuestiones?
De nuevo, muchas gracias por su aportación.
Saludos cordiales,
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Miguel Mandujano Estrada
Comentó el 21/05/2021 a las 08:08:55
Hola Giovanna, gracias por la pregunta.
Es cierto que nociones como 'colonialidad' o 'decolonización' pueden no ser de uso corriente en los medios o en las escuelas, pero la verdad es que hoy en día hay mucha más conciencia de los mecanismos de establecimiento de la diferencia que antes y creo que como generación estamos más atentos a que estos no nos dominen, o por lo menos, a ejercer algún tipo de resistencia ante ellos. En lo personal, lo veo muy claramente en las aulas: el alumnado tiene mucho más normalizada la convivencia con lo diferente, son tolerantes y tienen un sentido de la inclusión más natural. Esto es esperanzador, pues aunque paradójicamente hemos visto resurgir en nuestras sociedades, por ejemplo, la extrema derecha, especialista en la aplicación de criterios diferenciadores, mi impresión es que la juventud tiene muchos más recursos para afrontar críticamente posiciones políticas discriminadoras que antes. En este sentido, hay que quitarse el sombrero ante el profesorado de primaria y secundaria, donde descansa mucha de esta educación. Incluso en los medios, muchas opciones críticas han sabido abrirse paso en la galaxia comunicativa y hacer contrapeso a los hegemónicos. Esto no quiere decir que no haya quien piensa diferente, ni que no haya alternativas francamente contrarias, pero es claro que hay un debate, y eso es positivo porque coloca el tema de fondo en la agenda político educativa.
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Miguel Mandujano Estrada
Comentó el 17/05/2021 a las 19:24:06
Referencia 1 - Democratizar la democracia: http://bit.ly/DemocDem
Referencia 2 - Conciencia opositiva y política diferencial: http://bit.ly/ConcOpo
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