Resumen
La presente comunicación analiza el papel que ocupan los Recursos de Uso Común naturales en comunidades rurales. Atendiendo a las formas de organización comunal institucionalizadas derivadas de su uso y gestión, seguiremos el singular caso de las Comunidades de Montes Vecinales en Mano Común (CMVMC) gallegas como paradigma institucional de acción colectiva. Estos sistemas socio-ecológicos están desarrollando su capacidad de resiliencia como articuladores de comunidades locales inmersas en cambios legales, demográficos y productivos complejos.
Introducción
Galicia, como territorio eminentemente rural, y con una histórica tradición agrícola y ganadera, cuenta con una articulación territorial centenaria de origen pre-municipal singular basada en la parroquia. Es en torno a estas entidades territoriales donde se articulan las CMVMC. Éste tipo de instituciones ocupan la significativa cifra del 23% del total del territorio gallego (Grupo dos Comúns, 2006), y se caracterizan por pertenecer a agrupaciones vecinales en régimen de propiedad privada comunal de aprovechamiento consuetudinario.
Siguiendo a Ostrom (2011) y su tipología sobre Recursos de Uso Común, los montes comunales presentan todas las características propuestas. Las CMVMC que los gestionan están claramente delimitadas, muestran coherencia entre las reglas y el entorno, cuentan con procedimientos de elección colectiva, los recursos están controlados, existen sanciones graduadas y mecanismos para resolver conflictos internos, y se reconoce el derecho de organización de la institución comunal.
Discusión
La tensión entre antropocentrismo productivista y ecocentrismo naturalista, siguiendo la categorización propuesta por Entrena Durán (2000), es el contexto en el que se enmarcan las comunidades. Las principales amenazas a las que se ven expuestas estas asociaciones derivan de la inserción en procesos económicos ajenos tras la entrada de las comunidades rurales en los flujos de mercado internacionales de la globalización, de los cambios en la estructura productiva tradicional, así como de la despoblación endémica que afecta a buena parte del rural gallego.
El modelo de las CMVMC se plantea como alternativo a la gestión privada empresarial, a la par que ofrece respuestas distintas a modelos centralistas estatales tradicionales. Sin embargo, no pretende ser una ruptura con lo público en su concepción amplia, sino una respuesta colectiva ligada a la comunidad local.
Conclusiones
La resiliencia del modelo comunitario aquí expuesto reside en su capacidad de adaptación. El carácter asambleario le otorga la capacidad de asumir su propio rumbo de modo democrático y consensuado entre la comunidad local. La mayor tensión sufrida por el modelo ha sido la reconversión durante la dictadura franquista de los usos tradicionales del terreno para su aprovechamiento dentro del desarrollismo antropocentrista productivista. Actualmente, parte de las asociaciones se sitúan entre la continuación de este modelo y la paulatina desaparición de la institución; mientras que por otra parte, las comunidades que mejor resisten y crecen son aquellas que se han reorientado hacia una visión de lo común como entidad puesta al servicio de la propia comunidad local, sin fines puramente extractivos de los recursos, y organizándose de modo adaptativo en base a un criterio ecocéntrico que invierte los beneficios en un modelo sostenible.
Palabras clave
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Adrián Moreira Castro
Comentó el 21/05/2021 a las 20:00:10
Buenas tardes Unai, muchas gracias por el interés mostrado, nos alegra tu reflexión. Así es, se trata de un tema que en general suele gozar de una relevancia menor de la que le corresponde por su importancia y presencia social en determinados lugares.
Respecto al caso que comentas, es todo un ejemplo de organización comunal, si bien representa ciertas diferencias con respecto al caso gallego. Por comentar algunas de estas diferencias, y teniendo en cuenta que ambos casos son relevantes y paradigmáticos, éstas se caracterizan en primer lugar por cuestiones jurídicas. Si bien en el caso de Euskal Herria la ley emana de usos históricos, cristalizando en reformas legales que tratan de conservar las costumbres tradicionales, en el caso Gallego, debido a que ocupa una parte mucho mayor del territorio, adquiere una centralidad mayúscula, siendo pilar fundamental del propio Estatuto de Autonomía. A su vez, en el caso gallego la tradición legal es de tipo germánica, cuestión que no se da de forma generalizada en el caso vasco. También, parte del auzolan se orienta a espacios públicos gestionados comunalmente, como podría ser el mantenimiento de una pista o camino. En el caso gallego se trata puramente de bienes privados de uso comunal, siendo esto una cuestión clave.
Sin duda, este tipo de diferencias no deben enfocarse de modo excluyente, sino como una muestra más de la gran riqueza de casos de gestión por parte de comunidades de espacios compartidos.
Otro ejemplo interesante, y próximo al que comentas, es el caso de la trashumancia pirenaica. En ésta, como en el caso del aragonés Valle de Broto, entre otros, se dan usos comunales tradicionales transfronterizos en la gestión de los pastos y del ganado vacuno anteriores a la propia existencia de la frontera actual con el país galo.
Un cordial saludo, y muchas gracias por el enriquecedor aporte.
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Unai Vázquez Puente
Comentó el 20/05/2021 a las 12:05:32
Gracias por vuestra ponencia Adrián, Juan José y Raúl
El tema de los recursos del común o las tierras comunales es un tema que pasa muy desapercibido en general y que resulta de un interés impresionante. Me ha llamado la atención de que hacéis mención a que esta modalidad es anecdótica en Euopa, y si bien es cierto que hoy día es residual, no es menos cierto que fue la forma de propiedad generalizada en Europa. Como cada quien conoce y destaca lo suyo (mencionáis Asturias y el norte de Portugal además de Galicia) y por si queréis conocer experiencias parecidas, en el País Vasco el Auzolan (difícil traducción, porque decir "trabajo comunitario" sería simplificarlo demasiado) es una realidad práctica y legal en muchos pequeños y medianos municipios. Especialmente en Araba y Nafarroa. Precisamente en Navarra, en el Valle de Baztan, el 80% de las tierras son comunales, administradas mediante los usos y costumbres tradicionales, adaptados a los nuevos tiempos, el "Batzarre" es la forma de organización.
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Adrián Moreira Castro
Comentó el 21/05/2021 a las 20:11:31
Buenas tardes Unai, muchas gracias por el interés mostrado, nos alegra tu reflexión. Así es, se trata de un tema que en general suele gozar de una relevancia menor de la que le corresponde por su importancia y presencia social en determinados lugares.
Respecto al caso que comentas, es todo un ejemplo de organización comunal, si bien representa ciertas diferencias con respecto al caso gallego. Por comentar algunas de estas diferencias, y teniendo en cuenta que ambos casos son relevantes y paradigmáticos, éstas se caracterizan en primer lugar por cuestiones jurídicas. Si bien en el caso de Euskal Herria la ley emana de usos históricos, cristalizando en reformas legales que tratan de conservar las costumbres tradicionales, en el caso Gallego, debido a que ocupa una parte mucho mayor del territorio, adquiere una centralidad mayúscula, siendo pilar fundamental del propio Estatuto de Autonomía. A su vez, en el caso gallego la tradición legal es de tipo germánica, cuestión que no se da de forma generalizada en el caso vasco. También, parte del auzolan se orienta a espacios públicos gestionados comunalmente, como podría ser el mantenimiento de una pista o camino. En el caso gallego se trata puramente de bienes privados de uso comunal, siendo esto una cuestión clave.
Sin duda, este tipo de diferencias no deben enfocarse de modo excluyente, sino como una muestra más de la gran riqueza de casos de gestión por parte de comunidades de espacios compartidos.
Otro ejemplo interesante, y próximo al que comentas, es el caso de la trashumancia pirenaica. En ésta, como en el caso del aragonés Valle de Broto, entre otros, se dan usos comunales tradicionales transfronterizos en la gestión de los pastos y del ganado vacuno anteriores a la propia existencia de la frontera actual con el país galo.
Un cordial saludo, y muchas gracias por el enriquecedor aporte.
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