CÓD.S14-38 ONLINE

Entre la asistencia social y la represión. La gestión municipal del paro forzoso, la pobreza y la mendicidad en el Madrid de la Segunda República

Objetivos generales

El propósito de este trabajo es proporcionar los avances obtenidos en torno a una investigación que, sirviéndose de la utilización de fuentes primarias procedentes del Archivo de Villa de Madrid, plantea el estudio de la gestión municipal de la mendicidad y del paro forzoso en la capital española durante el período de la Segunda República. Grosso modo, la investigación detenta un objetivo central, que es el de determinar qué características generales presentó el tratamiento de dos problemas endémicos a nivel urbano en el nuevo marco de un estado social de derecho, para posteriormente responder a una serie de interrogantes, a través de los cuales se valoran tanto la panorámica local como la europea en lo que respecta a la temática que se aborda. En este sentido, de lo que se trata es de vislumbrar en qué medida el período republicano supuso una etapa de progreso o novedad en lo que a la aparición de políticas públicas con respecto a la mendicidad y el paro forzoso se refiere, en perspectiva comparada con lo que se estaba haciendo en Europa desde finales del siglo XIX, y qué líneas de fractura o continuidad se presentaron en la gestión municipal de las dos cuestiones señaladas entre la etapa de la Restauración y la Segunda República.

Desarrollo de la investigación

Durante la etapa republicana, el gobierno municipal de Madrid se sirvió de un nuevo concepto, el de la asistencia social, para formalizar los socorros otorgados a los parados forzosos, en nuevos comedores y dormitorios que mantuvieron su vigencia hasta el estallido de la Guerra Civil. La provisión de esas ayudas trató de circunscribirse a quienes desde las instancias locales eran conceptuados como “verdaderamente necesitados”. Una definición en la que debían encajar dos grupos específicos: los que no hallaban medios para integrarse en el mercado laboral y los que carecían de los más elementales recursos de subsistencia en el marco de su vida cotidiana. La detección de los anteriores requisitos quedó supeditada a reglamentaciones y comprobaciones que, guiadas por patrones identificatorios o de filiación, buscaban dirimir, de manera objetivable, las circunstancias que conducían a la pobreza coyuntural desde un punto de vista económico y social.

El desarrollo de los anteriores servicios podría explicarse sobre la base de dos premisas. En primer lugar, la documentación consultada en el Archivo de Villa de Madrid parece evidenciar que, junto a las alegaciones oficiales que incidían en categorizar los socorros concedidos en comedores y dormitorios como una obligación de los poderes locales de la Segunda República a la hora de garantizar auxilio y protección al necesitado temporal, sobre la base de lógicas que modernizasen y armonizasen la asistencia social prototípica de la Restauración; confluían otras que ponían énfasis en necesidades de controlar el orden público, cerrando las ventanas de oportunidades que el paro forzoso pudiera brindar a la conflictividad social y al ejercicio de la mendicidad.

Precisamente en conexión con ese ejercicio de la mendicidad debería entenderse la segunda premisa fundamental de los servicios de asistencia social de la Segunda República. Los procesos de identificación y filiación que caracterizaban a los anteriores ambicionaban discernir entre quienes detentaban una ética laboral y quienes supuestamente la negaban de manera íntegra, siendo, en última instancia, representantes paradigmáticos de la disrupción de los mecanismos de control sobre la comunidad. Con respecto a quienes caían en este segundo escenario (los denominados mendigos y vagos profesionales), persistirían e incluso se amplificarían los proyectos de represión y extinción arquetípicos de la Restauración. Se trataba así de clasificar rigurosamente en términos sociales para marcar unas distancias precisas entre asistencia y represión, entre parados involuntarios y voluntarios. Sin embargo, las fronteras entre unos y otros nunca fueron inamovibles y siempre se vieron cargadas de unos notables niveles de porosidad.

En última instancia, se puede colegir que la Segunda República en Madrid fue una etapa histórica en la que existió una dualidad de actuaciones municipales guiada por nuevas concepciones de prevención de la mendicidad con respecto a determinados grupos sociales y por postulados de represión de la mendicidad regidos por principios teóricos y prácticos ya plenamente visibles durante la Restauración.

Palabras clave

Gobierno Municipal Madrid Mendicidad Paro Forzoso Pobreza Segunda República

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Preguntas y comentarios al autor/es

Hay 9 comentarios en esta ponencia

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      José Francisco Rangel Preciado

      Comentó el 21/05/2021 a las 21:47:47

      Buenas tardes Santiago. Enhorabuena por la excelente comunicación realizada. Me surge una curiosidad una vez vista la presentación, cuando hablas de mendigos profesionales hay tres vías de actuación ¿existía algún tipo de forma acordada para categorizarlos en cada una de las vías de actuación o se trataba de un proceso discrecional?

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      Gloria Lapeña Gallego

      Comentó el 21/05/2021 a las 11:31:31

      Buenos días, Santiago.
      Enhorabuena por tu trabajo. Nuevamente me encuentro en un foro con temas de mucho interés para mí. Aunque no soy historiadora, mi trabajo se centra en el artista contemporáneo y la Historia (el artista como historiador benjaminiano descrito por Miguel Ángel Hernández Navarro). Al igual que Eider revisaré tus investigaciones cuando finalice el Congreso y también las del propio Eider. Pero me gustaría preguntarte si, del mismo modo que en la ciudad de Madrid existían en este periodo histórico los comedores y dormitorios de asistencia social, con las distinciones de las que hablas, ¿se daba el mismo tipo de organización en otras ciudades de España? ¿Se mantuvieron en el franquismo? Y como nota curiosa respecto de las imágenes fotográficas ¿Qué fuentes utilizas?
      Muchas gracias por tus respuestas y felicidades una vez más.

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        Santiago de Miguel Salanova

        Comentó el 21/05/2021 a las 12:17:15

        Estimada Gloria,

        Muchísimas gracias por acoger mi trabajo con interés. En lo que respecta a la primera pregunta, sí aprecio que este tipo de iniciativas se implementaron en otras ciudades a nivel nacional. Conozco de cerca el caso de Bilbao, que en la etapa de la Segunda República desplegó medidas correlacionadas con la creación del bolsín de trabajo, pero que también contaba con los comedores de asistencia social mencionados en la presentación. En cuanto a fuentes, las fotografías proceden del Archivo General de la Administración, correlacionadas con el fondo Alfonso. Y en lo que concierne a la continuidad con el franquismo, sí podemos decir que la hubo en términos de represión de la mendicidad y, más concretamente hablando, en todo lo que se relacionaba con la aplicación de la Ley de Vagos y Maleantes, si bien llevada al paroxismo y extendida a otros grupos sociales (homosexuales).

        Un saludo y de nuevo gracias,

        Santiago de Miguel

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      Esteban Cruz Hidalgo

      Comentó el 20/05/2021 a las 21:08:15

      Hola Santiago, muy interesante tu trabajo. Con respecto a los parados involuntarios, más allá de la oficina de colocación municipal que dices que se puso en marcha, ¿hubo algún tipo de propuesta de garantía de empleo efectiva durante la II República al estilo de la Works Progress Administration en el New Deal de Roosevelt? Saludos

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        Santiago de Miguel Salanova

        Comentó el 21/05/2021 a las 14:19:54

        Estimado Esteban,

        Muchas gracias por tu comentario y por plantear esta pregunta. En lo que estoy investigando, no se percibe una agencia similar a la que planteas con el New Deal de Roosevelt. Ahora bien, existieron propuestas definidas en la lucha contra el desempleo no exclusivamente focalizadas en la promoción de obras públicas. Entre ellas, las oficinas de colocación a las que aludes, que contaban ya con varios antecedentes en el marco continental de carácter municipal, y el seguro de desempleo, del que se elaboraron anteproyectos por el Instituto Nacional de Previsión tanto en la época de la Restauración como en el período final de la Dictadura de Primo de Rivera. todos estos planes, finalmente fallidos, terminaría por destacarse con la Segunda República. Un período en el que se creó un servicio para el fomento y régimen de la previsión contra el paro involuntario de trabajo que se vería continuado por la reglamentación de la Caja Nacional contra el Paro Forzoso y por el dictamen de la ley relativa al servicio de colocación obrera y defensa contra el paro a nivel nacional. Completaría esta trayectoria la llamada Ley del Paro del 25 de noviembre de 1935, con lo que resulta evidente el carácter proactivo que tuvieron las actuaciones gubernamentales en estos años en materia laboral.

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      Eider de Dios Fernández

      Comentó el 20/05/2021 a las 17:25:10

      Hola Santiago, muy interesante tu comunicación, la escucharé con más detenimiento cuando acabe el congreso pero ahora te quería preguntar, si lo has tratado, el peso que pudieron tener las sirvientas en este tipo de asistencia social, hasta entonces y después en el franquismo muy ligada a las órdenes religiosas y con un carácter de beneficencia o disciplinario al estilo foucoltiano que te decía Marta. Y también, claro está en su represión, teniendo en cuenta además que a menudo, a las sirvientas despedidas en el imaginario popular se las vinculaba a la prostitución. Muchas gracias

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        Santiago de Miguel Salanova

        Comentó el 20/05/2021 a las 17:32:06

        Estimada Eider,

        Muchas gracias por tu pregunta. Entiendo además tu interés, pues sé que has trabajado mucho (y muy bien) sobre una temática que a mi me ha interesado para el primer tercio del siglo XX en Madrid, esto es, el servicio doméstico. En las estadísticas de asistencia social se aprecia que, precisamente, eran las representantes del servicio doméstico externo (las denominadas "asistentas" en los padrones municipales de habitantes) las principales beneficiarias de las ayudas que se realizaban por medio de la entrega de raciones. Esto no deja de ser muy interesante, pues, en conexión con lo que ocurría en el resto de Europa, en el caso de Madrid se estaba produciendo un descenso significativo del servicio doméstico tradicional (el interno), viéndose, por el contrario, más representado de un tiempo a una parte el externo (la denominada contratación de las criadas por horas). La situación de estas últimas, en una coyuntura de paro y dislocación socio-económica, era, por lo tanto, sumamente inestable, de ahí su sobrerrepresentación estadística. Quedaría por ver qué peso tenían en la mendicidad (si bien esa es una tarea mucho más difícil) y en la prostitución (perseguida en determinados casos que he podido contemplar dentro de los expedientes de vagos y maleantes). Son temáticas que me gustaría explorar en algún momento.

        Muchas gracias

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      Marta Mauri Medrano

      Comentó el 19/05/2021 a las 11:40:22

      Interesante comunicación. Me ha llamado la atención el uso en una diapositiva del concepto foucaltiano "disciplinar", ¿era el fin de las colonias de trabajo, en concreto la de Boadilla del Monte, disciplinar a estos mendigos para formarlos como trabajadores productivos e intentar así alejarlos de la mendicidad callejera?

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        Santiago de Miguel Salanova

        Comentó el 19/05/2021 a las 12:34:25

        Estimada Marta,

        Muchas gracias por tu pregunta y tu apelación al interés de la ponencia. Efectivamente, las colonias de trabajo tenían el objetivo que planteas. Engarzaban con la pulsión de recoger a todos aquellos mendigos nacidos o empadronados en Madrid que no atestiguaban (siempre bajo la óptica de las autoridades) unos precedentes laborales cualificados o especializados, o que no tenían un oficio reconocido. La caracterización de la colonia era esencialmente agrícola. Quienes allí quedaban internados, pernoctando en barracones, consagraban el grueso de su actividad diaria a la preparación de tierras de secano y de huerta, a la preparación de viñedos y a la siembra de fanegas de trigo, cebada, centeno, algarrobas y hagas, compatibilizándola con la cría de animales, el arreglo de caminos, la reparación de edificios y el desarrollo de tareas de albañilería, organizadas en cuadrillas. Por las tareas que realizaban en esta colonia agrícola, los internados percibían manutención, cama y ropa. Cualquier actitud de rebeldía o contravención del orden y las reglas determinadas para el recinto suponía la apertura de una causa judicial asociada a la Ley de Vagos y Maleantes

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