La segunda mitad del siglo XX se caracterizó por una reacción frente al humanismo de corte ilustrado que dio lugar a la corriente denominada antihumanismo, en la que se situaban figuras como Gilles Deleuze y Jacques Derrida. El objeto de la crítica fue la pretensión universalista de lo humano y el vínculo con la subordinación y la exclusión política de amplias capas de la población, entre ellas las mujeres, las personas racializadas y la diversidad de género y sexual. El universal de lo humano dejaba de ser comprendido en términos de un atributo compartido por toda persona humana y se ponía el acento en su carácter interesado y partícipe de la reproducción del dominio político de un estrecho grupo de población sobre los demás. No obstante, al presentarse la paradoja de que lo humano era lo que tantas veces protegía contra las diversas formas de violencia y aquello que al mismo tiempo ofrecía reconocimiento y valor comenzó a reabrirse la cuestión de lo humano.
En esta ponencia nos centraremos en dos filósofas que destacan por su reformulación de lo humano en términos de una vulnerabilidad compartida. Se trata de una condición por la cual todo cuerpo humano está radicalmente expuesto y abierto al exterior. La vulnerabilidad deja de ser postulada como rasgo circunstancial de un cierto grupo y en cuanto mera exposición al daño y a la violencia. Ser un cuerpo vulnerable supone estar abierto a la alteridad y ser por fuera de sí, estar movido por la afección y ser capaz de agencia. Lo humano sería desplazado, así, hacia una condición de exposición, apertura y éxtasis.
Y es en este punto sobre el cual se ha detenido en las últimas dos décadas la bibliografía. La recuperación de lo humano por parte de Judith Butler y Adriana Cavarero ha sido objeto de múltiples lecturas. Desde una reivindicación de la tradición antihumanista para el caso concreto de Butler de la mano de David Weberman hasta una generosa acogida en el interior del posthumanismo por parte de Mari Ruti. Dentro de las investigadoras e investigadores que proponen que la vulnerabilidad corporal es un nuevo punto de partida para el humanismo destacan Bonnie Honig y Timothy J. Huzar.
Bonnie Honig da cuenta del humanismo de la muerte que resurge cuando la vulnerabilidad sólo es concebida en cuanto sencilla exposición al daño y a la violencia. Como señala la propia Cavarero se trata de un esquema que naturaliza la posición de la víctima y la del sujeto masculino beligerante. En oposición al humanismo de la muerte Honig pone el énfasis en la revalorización agonista del conflicto político que posibilita la humana vulnerabilidad argumentada por Judith Butler. En sintonía con tal lectura, Huzar propone leer a las dos filósofas en clave de un nuevo humanismo que vislumbra nuevas formas de humanidad que nacen de las escenas de violencia más inhumanas.
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Ricardo Mejía Fernández
Comentó el 20/05/2021 a las 22:40:03
Enhorabuena por la ponencia, Javier. ¿Cuál crees que la relación y la diferencia en Butler con respecto Foucault a propósito de la vulnerabilidad? ¿Has considerado el enlace Butler-Foucault en tu investigación?
Muchas gracias.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 21/05/2021 a las 20:29:14
Buenas Ricardo:
Muchas gracias. No tengo constancia de que Foucault haya reflexionado sobre la vulnerabilidad en los términos en que Butler lo hace. Creo que las conexiones, para la cuestión de lo humano, tienen que ver más con la tarea de arqueología que Foucault desarrolla en Las palabras y las cosas. Por lo demás, la conexión entre ambos es evidente desde las primeras reflexiones de Butler sobre el género, el deseo y la práctica sexual.
Saludos.
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Ricardo Mejía Fernández
Comentó el 21/05/2021 a las 20:42:08
Gracias. Pienso que es interesante. Encuentras el tema indirectamente en la "Hermenéutica del sujeto de Foucault (1981-1982)" y en su ética del cuidado (epimeleia). Esta también se halla en su "Historia de la Sexualidad 3", donde se refiere a los enfermos o heridos. Butler transforma el cuidado de sí de Foucault en el cuidado de los vulnerables.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 21/05/2021 a las 20:46:17
Esa tesis Ricardo es muy interesante. Tomo nota y muchas gracias por compartirlo.
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Javier Jiménez Flores
Comentó el 20/05/2021 a las 19:38:03
Saludos Javier,
Felicidades por tu ponencia, me ha gustado mucho el enfoque y la forma en que la has abordado. Sólo me planteo una cuestión. Desde tu perspectiva, además de las distintas lecturas aquí expuestas, ¿Qué puntos fuertes o débiles crees que conlleva un humanismo de la vulnerabilidad para el mundo actual?
Gracias por tu respuesta de antemano.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 21/05/2021 a las 14:32:41
Buenas, Javier:
Gracias por tu comentario. En realidad no soy un defensor de un humanismo renovado ni partidario de sustituir una noción de lo humano por otra, esta vez vulnerable. El punto que me interesa es que las lecturas de Judith Butler y Adriana Cavarero que sí que defienden un nuevo humanismo permiten pensar la cuestión de lo humano porque siguen mantiendo la referencia a él aunque lo hayan puesto previamente en cuestión.
Me explico. Estoy de acuerdo con las reflexiones de Butler que sostienen que las vidas que llegan a ser reconocidas como tales, las que son reconocibles como humanas, son producidas diferencialmente. Su estatus entraña la producción de otras vidas como invivibles o menos que humanas. Butler hace referencia a los marcos de reconocimiento en este punto. Ya la propia Bonnie Honig ha señalado los problemas de un humanismo de la muerte anclado una noción de lo humano vulnerable entendido en términos exclusivos de pasividad y exposición a la herida.
El problema que encuentro es que se me hace difícil pensar, por el momento, que se pueda sostener un humanismo en sentido propio sin una noción clara de lo humano como base. Y dada la producción excluyente de las vidas que son reconocibles como humanas esto parece conducir a un problema sin final, así que me parece más acertado, como hipótesis de trabajo, pensar la cuestión de lo humano antes que la de un humanismo para el día de hoy.
Un saludo.
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Alejandro Ladrero Benito
Comentó el 20/05/2021 a las 12:28:59
Buenas Javier, estupenda y amena exposición. La discusión sobre lo humano y su status o la condición definitoria o predicativa es, como sabemos, una problemática amplísima que requiere de saberes de primer grado (etológicos, biológicos, etc). Mis preguntas son las siguientes: la condición de vulnerabilidad de lo humano frente al exterior (en sentido amplio diríamos frente a la Naturaleza): ¿no crees que, en cierta medida, ha sido expuesto en varias ocasiones (véase el mito de Prometeo)? y ¿de qué manera la condición de vulnerabilidad no ha sido de alguna manera superada por la otra pata de la dicotomía, es decir, por nuestra condición de sujetos culturales? bajo esta dicotomía entre naturaleza y cultura aparecen numerosos humanismos centrados bien en la afirmación de la Cultura, bien en la afirmación de la Naturaleza. Unos ejemplos de ambas perspectivas son los siguientes: para el humanismo anticultural, el hombre, ser admirable, corrompido por la cultura, puede ser rescatado regresando hacia sus orígenes; para el naturalismo pesimista el hombre está enfermo desde su propia raíz, es un mono mal nacido que ni siquiera ha llegado a término y la cultura no es sino un remedio ortopédico que no podría ser separada del hombre sin destruirlo; por ello no cabe propiamente una recuperación del hombre... ¿En tus análisis ves que las autoras a las que haces referencia se mueven en dicha dicotomía natural vs cultural?
Muchas gracias de nuevo.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 21/05/2021 a las 20:41:44
Buenas Alejandro:
Planteas muchas cosas y no estoy seguro de haberlas comprendido suficientemente todas. De acuerdo con que el mito de Prometeo está vinculado con la técnica pero tendría que indagar con más profundidad lo que dices. Sobre las dos figuras que mencionas sobre el ser humano no estoy seguro de ver su relación con la vulnerabilidad y no he indagado sobre este punto. Y, finalmente, sí que pienso ni Judith Butler ni Adriana Cavarero plantean sus propuestas desde una separación y oposición clara entre la naturaleza y la cultura. Concretamente la vulnerabilidad material de la vida a la que Butler pone el acento en los lazos que unen a la vida humana con la no humana. Aquí puede que te sea de utilidad la noción de habitabilidad, que remite a las condiciones que hacen posible y llevadora a cualquier ser viviente, humano y no humano. Me quedo con la pregunta, Alejandro.
Un saludo.
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Alejandro Álvarez Carrizo
Comentó el 20/05/2021 a las 10:45:41
Lo primero que quisiera hacer es agradecerte tu aportación.
Si bien comparto y asumo el postulado en el que indicas que el anti-humanismo rompe la universalidad de una “naturaleza humana” o de un “atributo humano”, no puedo compartir la idea de que semejante posicionamiento implique la dominación política de grupos de población sobre el resto. Si bien no existen conceptos como los mencionados, si es posible circunscribir formas de estar en el mundo, subjetividades o interrelaciones humanas dependientes de las diferentes formaciones históricas; por tanto, si bien podemos definir o intentar encontrar una categoría de humanismo acorde a las circunstancias sociales de cada época, tal y como pareces sostener para el momento actual, semejante categoría deberá ser nuevamente cuestionada, reemplazada y transformada en pos de una nueva idea de humanismo; un nuevo concepto de humanismo futuro, propio de nuevas formaciones históricas, que permita posicionarnos en espacios de resistencia a la normatividad impuesta y ejercida por los conceptos, incluido el humanista.
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Javier Moscoso Cala
Comentó el 21/05/2021 a las 20:25:50
Buenas Alejandro:
Gracias a ti también, desde luego. Coincido en parte con lo que dices. La propuesta no es más bien un humanismo para el presente, como sí hace Ann V. Murphy. Estoy de acuerdo con Honig en mantener el carácter agonista de lo humano y en que tanto Butler como Cavarero nos pueden ayudar en ello, pero quizá sea más interesante intentar pensar lo humano desde esta condición agonista y no pensar tanto en cómo ha de ser el nuevo humanismo de nuestro tiempo. Así le respondí con más detalle a Javier Jiménez, arriba. Por el momento no sé cómo se puede defender un humanismo en sentido estricto sin una noción reconocible de lo humano, capaz de concretarse, por ejemplo, en un ordenamiento jurídico. De todas formas Alejandro, me quedo con la cuestión para seguir pensándola.
Un saludo.
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