La propuesta educativa del buen vivir en Ecuador: posibles aportaciones desde la ilustración

El buen vivir es una cosmovisión indígena que goza de actualidad ante su presencia en distintas propuestas políticas, sociales y educativas en hispanoamérica. Este es el caso de Ecuador y Bolivia especialmente. Su presencia en el orden constitucional del Ecuador ha supuesto un envite para que desde las variadas disciplinas se incorpore de significado a este significante tan controvertido.

En este sentido, desde el ámbito de la pedagogía ha supuesto que se debata cómo plasmar esta manera vivir en sociedad,  entendida como utopía por distintos pensadores. Los conceptos de ecología, diálogo de saberes, interculturalidad, complejidad, armonía, relacionalidad son claves para justificar la presencia de distintas pedagogías para la educación del buen vivir como son la muerte, la pedagogía prenatal, la calidad de la educación ligada a la humildad, el egocentrismo o la universalidad.

Esta comunicación busca poner de relieve algunos elementos discursivos centrales en el relato educativo del buen vivir que Ecuador aspira desde 2008, a partir del diálogo y reflexión del legado del humanismo ilustrado en Ecuador.

Entre las preguntas que nos gustaría abordar de manera aproximada serían las siguientes, ¿Qué representa el humanismo ilustrado para la historia de la educación en Ecuador? ¿Qué fundamentos pedagógicos son esenciales en la estructura del discurso del buen vivir? ¿Qué posibles aportaciones pudieran inferirse para la comprensión de la propuesta pedagógica del Buen vivir desde el humanismo ilustrado?

Desde la historiografía y hermenéutica se acude a varios textos que reflexionan sobre el humanismo ilustrado, como así lo hicieran los autores ecuatorianos Juan de Velasco, Eugenio Espejo o Arturo Andrés entre otros, en compañía de distintos preceptos de normativas educativas ecuatorianas principales de vigencia actual.

En primer lugar se empezará con un sucinto repaso de la llegada de la ilustración a Ecuador y los hitos en la cultura educativa. Posteriormente, se discute la presencia de la interculturalidad en la educación del buen vivir como consecuencia de la conciencia histórica que señala Juan de Velasco. Más tarde se reflexiona sobre la conciencia ecológica como legado del humanismo ilustrado, y estructural en la propuesta pedagógica del buen vivir. Del mismo modo se rescata la denuncia de Juan de Velasco sobre la nominación occidental de la persona como ser ajeno a la naturaleza, y las consecuencias de la imposición del lenguaje en la controversia conceptual del buen vivir en la actualidad.

Entre las conclusiones que se señalan se menciona que una pedagogía del buen vivir requiere de la integración de los distintos saberes como propuesta propia de la conciencia histórica que defiende el humanismo ilustrado, y la defensa de la ecología como atalaya para poder plantear una educación coherente con la historia del Ecuador y la cultura política y educativa que se busca desde el buen vivir.

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