El acceso al deporte federado como antesala de la dedicación deportiva-competitiva se orienta cada vez más niños/as y jóvenes cualificados deportivamente, dejando por el camino a otros/as que por desarrollo físico (altura, corpulencia), psicológico (autocrítica, identidad, regulación impulsos), social (acciones prosociales, inclusividad, género). Tal proceso de educación informal supone que la estrategia de “deporte para todos” no se vea reflejada en clubes y generaciones deportivas de jóvenes que observan que la práctica deportiva es la que se dirige a la competición de cada fin de semana, que el enfoque es esforzarse para ganar, que las competiciones se componen de rivales muy desiguales donde ni los que ganan fácil o los que sufren derrotas reiteradas disfrutan ni aprenden, y probablemente ni mejoran (Hernández-Mendo et al., 2020).
Presentamos aquí la experiencia que se lleva a cabo por parte de Liga Brave Vega Baja desde el año 2011, con la colaboración de equipos de la provincia de Alicante en la que se busca que, a través de una competición en valores deportivos, se desarrollen conductas deportivas en deportistas, padres y clubes de fútbol. Para ello, y a través de iniciativas psicosociales alrededor del deporte (Harwood y Anderson, 2015), se solicita la colaboración y participación de padres y clubes, para que, como modelos de comportamiento que son para sus hijos e hijas.
Intolerancia hacia las desigualdades (discapacidad, inmigración, violencia, niños/as de diferente composición corporal), respeto intergeneracional (a los mayores y personas de la 3ª Edad), conciencia ecológica (reciclaje), respeto a la autoridad (árbitros o cuerpos de seguridad), compromiso hacia la salud (combatir la obesidad), esfuerzo de mejora social (empatizar con los rivales) son elementos que se trabajan paralelamente al evento deportivo organizado cada fin de semana. De la misma manera, la convivencia entre adultos (entrenadores/as y padres/madres) y jóvenes permite ganar consciencia de la importancia de ser modelos de conducta y de enseñanza (González-Hernández et al., 2018), donde gana todo el mundo sin distinción ni podiums.
Los objetivos de aprendizaje que se buscan para esta experiencia, se persiguen para su adaptación paulatina en tres fases:
-Concienciar a los participantes en el mismo (niños/as y sus padres/madres), adquieran cosas mucho más importantes que la de ganar partidos de fútbol y que seguro les acompañarán para el resto de sus vidas;
-Aprender e instaurar comportamientos y actitudes que permitan a los protagonistas de las experiencias deportivas convertirse en verdaderos ejemplos de civismo, respeto y deportividad, al mismo tiempo que hacer de esta iniciativa un Torneo ejemplar que convierte a toda una comunidad de jóvenes y adultos, en modelos para conseguir hacer del deporte una forma de educar y enseñar valores a niños/as y a la sociedad en general; y
-Consolidar el mantenimiento de las conductas deportivas y desarrollo de valores que incidan en el bienestar psicológico y aspectos básicos de la personalidad en el joven deportista.
Referencias:
-Harwood, C. G., Barker, J. B., y Anderson, R. (2015). Psychosocial development in youth soccer players: Assessing the effectiveness of the 5Cs intervention program. The Sport Psychologist, 29, 319–334.
-González-Hernández, J., Martínez-Mora, P., y Rodríguez, M. (2018). Train the parents, improve the team. The experience of BRAVE LEAGUE. International Journal of Psychology Applied to Sport and Physical Exercise, 3(e7), 1–13.
-Hernández-Mendo, A., González-Hernández, J., y Julia, M. (2020). INTERVENTION AND TRAINING IN YOUNG ATHLETES. The Routledge International Encyclopedia of Sport and Exercise Psychology: Volume 2: Applied and Practical Measures.
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David Recio Moreno
Comentó el 22/05/2021 a las 19:49:15
Muchas gracias por compartir tu trabajo, Juan.
¿Cómo es la metodología propuesta para conseguir los objetivos propuestos? ¿Se desarrollan sesiones se formación específica durante la competición deportiva dirigida a los distintos actores que participan? ¿Se realiza algún tipo de evaluación sobre la experiencia?
Muchas gracias de antemano y enhorabuena.
Responder
Juan González-Hernández
Comentó el 30/05/2021 a las 11:51:58
Muchas gracias, David.
Se utilizan diferentes metodlogías. Inicialmente todos los clubes reciben una informaión sobre la normativa, propósitos e intenciones en el desarrollo de las temporadas, los cuáles todos se comprometen a cumplir en la mayor de sus posibilidades.
La evaluación observacional es constante por tod@s, denunciando y señalando incidencia cada semana, sobre elementos que ocurran en cualquier situación de prácctica deportiva. En otro orden, tal y como he intentado describir en la presentación, el papel de los árbitr@s es esencial para la regulación "insitu" e inmediata de muchos de los comportamientos que aparecen en cada partido, señalando los negativos y los positivos en las fichs de partidos, incluso reconduciendo algunos en las mismas situaciones. Además, periódicamente se realizan evaluaciones sobre mportamientos prosociales (o antisociales) que nos permite establecer unos gráficos de evolución sobre creencias y actitudes en equipos, clubes o categorías. Y por último, como antesala de todo, se realizan seminarios y actividades de implicaciónm sensbilización y concienciación sobre la utilidad, idoneidad y oportunidades que ofrecen estos avances en pos de un bien común, inlcusivo y potenciador de los recursos psicosociales para niños y su aprendizaje. Todo ello, utilizando el deporte vehicularmente como motor de enseñanza y experiencia vital.
Muchas gracias,
Juan G.
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Kevin Andrés Muñoz Enríquez
Comentó el 22/05/2021 a las 00:35:33
Saludos cordiales, muy interesante su propuesta y felicitaciones por gran trabajo, me adelantan un poco por favor ¿desde el punto de vista de la competitividad,¿ de qué manera se combatiría situaciones de exclusión, racismo y diferencia de destreza?
Responder
Juan González-Hernández
Comentó el 30/05/2021 a las 11:36:32
Muchas gracias por su interés Kevin.
La competitividad es una condición inherente a la manera de aprender y conectar con cualquier extracto social en nuestras vidas. Ser competitivo no significa ser exclusivo ni extirpar una parte de lo que no permita ganar o todo lo que "se parezca a mi", sino que se compone por elementos psicológicos mucho más internos orientados a la superación personal, fomento del gregarismo y reconocer en los demás virtudes en las diferencias. Las diferencias complementan y construyen recursos más allá de las limitaciones. Si bien hay niños/as con cualidades de diferente nivel técnico-táctico, cada quien aporta a la acción deportiva recursos y oportunidades para formar parte y enriquecer al grupo deportivo. SI bien la competitividad deportiva se ha configurado como un proceso de selección natural asociado a los que ganan, la enseñanza deportiva debe esforzarse aún más por no dejar a nadie fuera, incluso por desviar la atención hacia la inclusión. Ese es un reto absoluto para la formación en el deporte, donde se cree que por el mismo hecho de practicarse, ya se están consiguiendo cosas. Todavía queda mucho en cierto "cambio de paradigma" para alcanzar una plena inclusión. De ahí, iniciativas como la Liga Brave que busca integrar estas temáticas asociadas a la diversión deportiva, reduciendo el valor de ganar al mero hecho de practicar deporte con otras personas y fomentar comportamientos prosociales en niños y en las personas adultas que los rodean.
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Amalia Faná del Valle Villar
Comentó el 20/05/2021 a las 11:42:36
Buenos días Juan, Muy interesante la propuesta y se nota que hay una frondosa experiencia (desde 2011). Me gustaría preguntarle ¿Cómo se hace esta integración en valores especialmente con los padres? que creo que ellos son clave en este proceso identitario (son aliados), además: ¿tiene alguna experiencia concreta a este respecto? ¿la podría compartir? mil saludos
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Juan González-Hernández
Comentó el 30/05/2021 a las 11:26:54
Muchísimas gracias por su interés Amalia.
Como podrá intuir, las intervenciones con padres y madres (los siempre olvidados en la formación deportiva) encuentran resistencias iniciales, que tras un intenso ejercicio pedagógico y comprensivo, se convierten en compromisos en la consecución de nuestros propósitos. En un principio, el mundo adulto cree que el aprendizaje en el deporte es "sólo para los niños", sin atribuirse las responsabilidades de sus actitudes y creencias como modelos a seguir. Algo que paulatinamente va cambiando si el propósitos son bien explicados, descritos y enseñados. Podrían comprobarse como se realizan actividades donde los propios padres y madres son los entrenadores (a modo de "intención paradójica" se posicionan en la figura de los entrenadores/as, y se les ayuda a empatizar con la dificultad que tienen a la hora de dirigir o entrenar a sus hijos/as en lugar de la crítica fácil), se posicionan a los entrenadores y padres a jugar mientras los niños/as les dirigen según lo que observan de ellos (lo que les ayuda a entender cómo sus hijos pueden comportarse de una manera y la responsabilidad que ellos tiene, bien en la grada bien en los banquillos). Estando totalmente de acuerdo con su afirmación sobre la fuerza conectora de los padres y los valores, es extremadamente necesario integrarlos de manera útil, sin que les quede la sensación "paga la cuota de tu hijo/a y no te metas en cómo trabajamos", que es tan habitual en sus pensamientos. Muchas gracias.
Juan G.
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Ernesto Colomo Magaña
Comentó el 20/05/2021 a las 08:33:24
Enhorabuena Juan González-Hernández por la comunicación.
Comparto la idea de que el deporte pone en alza valores qué son claves para la construcción identitaria. ¿Hasta qué punto considera que pueden influir referentes que sean negativos en el mundo del deporte a la hora de construir valores como la competitividad? Un saludo
Responder
Juan González-Hernández
Comentó el 30/05/2021 a las 11:18:17
Muchas gracias por su interés, Ernesto.
Sin lugar a dudas el deporte, con una alta referencia y transferencia social llega a todos los lugares del mundo. Es muy común observar a niños simulando lesiones durante la práctica de su deporte, así como haciendo trampas por ganar cualquier ventaja (cantar bolas negativas en tenis o borrar marcas en saltos de longitud). Comportamientos observados en contexto profesionales y que deben ser atendidos y redirigidos por aquellas personas que le influyen en su formación deportiva y personal (formadores/as deportivos, padres y madres, etc.). Es una de las luchas en las que la Liga Brave pone mucho hincapié (de hecho, el Fair Play está muy lleno de todo lo contrario), a través de su regulación de comportamientos durante la práctica deportiva de los niños, y de cara a la acción reforzante de los aprendizajes positivos para los adultos )entrenadores/as, padres y madres).
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A. José Farrujia de la Rosa
Comentó el 19/05/2021 a las 12:43:27
Enhorabuena por el proyecto. A la luz del mismo me surge una duda: ¿se logra, en su caso, un equilibrio entre la educación en valores y el propio transfondo competitivo que existe en el deporte? ¿Cuál es el rol real de los padres en el proceso?
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Juan González-Hernández
Comentó el 19/05/2021 a las 13:16:24
Muchas gracias por su interés A. José.
No sólo se logra, ya que el mayor valor y reconocimiento tanto de los refuerzos intermedios (bebrave, reconocimientos puntuales), como el final (Campeón Fair Play) orienta los intereses y creencias sobre lo que les aporta el deporte hacia los comportamientos y aprendizajes positivos desde el punto de vista prosocial (integración social, empatía, civismo, etc.). Evidentemente, se lucha contra muchos muros, construidos por el mundo del deporte y con el paso de los años se han ido modificando, incluso derribando para focalizar la verdadera esencias psicoeducativa del deporte base.
En cuanto a los padres, como siempre el patito feo del deporte base. Denostados en gran parte de los momentos deportivos de sus niños/as, y siempre dispuestos a que el deporte base ocupe sus funciones sociales. Si es verdad que son necesarias intervenciones, iniciativas, incluso entrenamientos para este colectivo que es parte del equilibrio que los aprendizajes deportivos pueden aportar a los más pequeños. tenemos infinidad de evidencias de la labor y roles que se les asignan a los padres y de cómo se trabaja con ellos. Muestra de ello puede encontrarla en el artículos con referencia:
González-Hernández, J., Martínez-Mora, P., y Rodríguez, M. (2018). Train the parents, improve the team. The experience of BRAVE LEAGUE. International Journal of Psychology Applied to Sport and Physical Exercise, 3(e7), 1–13.
Además de ello, todavía queda mucho material que canalizar y a aportar a las comunidades científicas y aplicadas, y esperamos paulatinamente aportar más luz u ofrecer mayores (y mejores) propuestas para trabajar con los padres y madres.
Gracias por su interés
Juan G.
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Juan González-Hernández
Comentó el 17/05/2021 a las 09:08:24
Muchas gracias por su comentario.
Sin lugar a dudas, la expresión deportiva como competición, focaliza el aprendizaje hacia la realización de un camino de esfuerzo, superación y como último, de éxito. De tal manera, ayudar a construir en los jóvenes su propia identificación y representación en el contexto social a través de ello requerirá de una labor pedagógica (siempre con la complicidad de responsables de las enseñanzas deportivas), guiada por buenos sistemas transmisores (competiciones adaptadas, no las que replican el profesionalismo) que permitan su coherente y equilibrada maduración personal.
Si bien, niños menores de 11-12 años deberían de experimentar la competición de manera mucho más didáctica, es posible a partir de la pubertad y adolescencia, con una estructura madurativa y cognoscitiva ya consolidada (constituida por valores como solidaridad, respeto, diversión y autosuperación), poder tomar consciencia de si mismos/as de sus talentos, límites, aspiraciones y necesidades para comenzar a sumar a la fórmula anteriormente citada, otros valores como el esfuerzo, concordia, sociabilidad y aceptación de uno/a misma. La construcción de la identidad emergerá a través de un proceso psicosociológico, donde las enseñanzas deportivas permitan la conexión con la realidad social y el desarrollo de creencias de posibilidad, autonocimiento y proyección en los contextos de referencia del jóven que practica deporte.
Siguiendo mi línea de investigación sobre "Personalidad y respuesta psicológica en el deporte y la salud", hemos realizado diferentes aportaciones para la descripción del uso del deporte como herramienta educativa, socializadora y madurativa en los jóvenes.
Espero haberle aportado información para su interés, quedo a su disposición si estima conveniente seguir profundizando en este camino tan interesante (jgonzalez@ugr.es).
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Susana Marín Traura
Comentó el 17/05/2021 a las 08:34:43
Muy interesante su comunicación.
Estoy interesada en la vinculación entre deporte y construcción de la identidad. ¿Hasta que punto considera que el Deporte, tomado como competición, puede generar valores más cercanos a la competitividad, la imagen de éxito y logro a través del esfuerzo?
Gracias
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