El objetivo de este artículo es analizar algunos comportamientos sociales detectados en la España central durante la Época Romana relacionados con la construcción de nuevas identidades sociales en el seno de una sociedad en proceso de transformación. Tras la revisión de documentos se pretende averiguar si esas nuevas identidades se construyeron mediante la manipulación consciente del ascendente indígena de individuos plenamente integrados en la sociedad romana.
El punto de partida es el resurgimiento “artificial” del indigenismo hispano producido para negociar nuevos roles sociales como respuesta al drástico cambio identitario y jurídico que supone la concesión de la ciudadanía latina a una población que antes había estado excluida. Algunos datos sugieren que durante el siglo III AD en el Sistema Ibérico Central ciertas entidades supra-familiares se formaron mediante la reivindicación de un ancestro de nombre celtibérico y, en consecuencia, la auto-asignación de un perfil étnico indígena. Algo parecido ocurre con individuos que reclaman nuevas posiciones sociales al ser desplazados de su hábitat originario por pertenecer, por ejemplo, al ejército romano. Se podría hablar, por lo tanto, de una reacción psicológica para afrontar la amenaza a su identidad social tradicional, recuperando algunos elementos relacionados con su “pasado ambiental”, surgiendo así la necesidad de verificar esta hipótesis y determinar los mecanismos usados, tanto por individuos como por las comunidades, para construir nuevos perfiles étnicos basados en un presunto pasado “Celta”.
Para ello se procede a la revisión de evidencias textuales con información onomástica y, por lo tanto social, de las tres principales bases de datos epigráficos que cubren todos los territorios que ocupó el imperio romano: Hispania Epigraphica; Epigraphik-Datenbank y Epigraphic Database Heidelberg. El procedimiento se basó en la interpretación de esta información arqueológica y epigráfica tomando como base diversas teorías del ámbito de la psicología social. Se analizaron tres casos: la construcción de un perfil étnico basado en el pasado “Celta” de una familia hispano-romana del siglo III a.D., la construcción de un grupo supra-familiar in la España Central focalizado en un ancestro de nombre celtibérico y, por último, la auto-asignación de un perfil étnico indígena por parte de individuos desplazados de su hábitat al ser incorporados a las filas del ejército romano.
Los resultados muestran que algunos individuos modificaron sus nombres (adoptando nombres personales y familiares indígenas) a fin de recuperar un prestigio y posición social perdidos en el proceso de romanización de la península ibérica y la consiguiente desaparición de las bases culturales de su población autóctona. Gracias a un análisis exhaustivo y a la calidad del material arqueológico manejado se pueden reconocer con cierta facilidad mecanismos de construcción identitaria como son los denominados “identidad de resistencia” e “identidad proyecto”. Así mismo, es posible también identificar el “Three-Factor Model of Social Identity” propuesto recientemente por la psicología social.
Palabras clave
Ponencia Online
Documentación de apoyo a la presentación ONLINE de la ponencia
Arturo Cesar López García
Comentó el 21/05/2021 a las 06:36:17
Hola
Muchas felicidades por el trabajo. Es sumamente interesante la retrospectiva del estudio, los datos hallados y presentados a través de su presentación, permite evidenciar que existe mucha parte de nuestra historia oculta, esperando ser encontrados.
La pregunta es ¿Qué ocurrió con estas civilizaciones a lo largo del tiempo?
Saludos.
Arturo López
Responder
Jesús Alberto Arenas Esteban
Comentó el 21/05/2021 a las 15:11:40
Hola Arturo.
Muchas gracias por tus comentarios. La respuesta a tu pregunta es muy similar a la que hemos dado a Raúl: no sabemos bien qué ocurrió tras la disolución de las estructuras socio-políticas de Hispania tras la caída del imperio.
No obstante, el hecho de que el proceso que hemos analizado se prolongase durante unos 250 años, invita a pensar que los resultados debieron prolongarse de una forma u otra durante la Alta edad media.
Aunque, al contrario, si atendemos al "todo fluye, nada permanece" de Heráclito, tampoco debería sorprendernos que tras la llegada de los visigodos y después de los musulmanes, esos antiguos grupos sociales indígenas desapareciesen.
Responder
Raúl García Amoedo
Comentó el 20/05/2021 a las 15:00:30
Enhorabuena por vuestra ponencia. ¿Se sabe cual fue el desarrollo posterior de estas "identidades indígenas? Quiero decir, ¿Fueron capaces de mantener ese estatus perdido a lo largo del tiempo?
Espero que las preguntas sean pertinentes. Muchísimas gracias
Responder
Jesús Alberto Arenas Esteban
Comentó el 21/05/2021 a las 15:03:26
Hola Paúl.
Gracias por tu comentario. Por desgracia tu pregunta no tiene una fácil respuesta.
En principio, si estamos en lo cierto y esas identidades indígenas tienen más de manipulación ad hoc que de auténtica tradición cultural y que fueron planteadas como elemento de negociación social, cabría esperar que al dejar de ser útiles pudieron desaparecer.
Pero también es verdad que esos nombres familiares pudieron haber quedado fijados sin que el usuario fuese consciente de su significado social (piensa que mucha gente no sabe que Martínez significa "hijo de Martín" de la misma forma que Johnson significa "hijo de John"), pero el problema es que no tenemos constancia de su existencia más allá del siglo V AD.
Seguramente esto se debe a que, tras la caída del imperio romano, la población se ruraliza y pierde casi por completo el hábito de escribir. Y sin escritura no hay información para realizar estudios como los que podemos hacer en época romana.
Responder
Isabel Barreto Messano
Comentó el 19/05/2021 a las 20:57:50
1.- Qué proporción hay entre población autóctona y no autóctona?
2.- Cuáles son a entender de ustedes los mecanismos de integración / asimilación y segregación que se dieron entre ambas poblaciones?
3.- Cuáles serían los elementos que permitirían desde la arqueología, hablar de una "identidad de proyecto"? Existe suficiente representatividad para sostener la idea que plantean?
Responder
Jesús Alberto Arenas Esteban
Comentó el 20/05/2021 a las 09:50:00
Buenos días Isabel.
Paso a contestar las cuestiones que planteas.
Para la primera, desgraciadamente no hay respuesta. No podemos establecer las proporciones entre población autóctona y alóctona, desde el momento que carecemos de censos detallados. Cabe suponer que en los primeros momentos de la romanización la población mayoritaria fuese autóctona, pero con el paso del tiempo la cosa debió cambiar, ya que en el siglo II son frecuentes los nombres que informan del origen de la gente. Tenemos muchos "Africanus", "Dalmaticus", etc. Y, en contrapartida en el norte de África son relativamente abundantes los "Celtiber".
La segunda cuestión tiene una respuesta más clara: los mecanismos de integración/asimilación y segregación estuvieron perfectamente regulados por la legislación romana. En términos generales ésta establecía una distinción entre "Peregrini" (ciudadanos sin derechos o con derechos restringidos que normalmente era la población autóctona) y "ciudadanos romanos", con todos los derechos del imperio y que normalmente eran las élites dirigentes, miembros del patriciado romano. Estas diferencias se reflejaban en muchos aspectos, pero uno de los más claros son los nombres personales. En el caso de Hispania, hasta que no se concedió el Ius Latii (Derecho Latino) a todos los habitantes de la provincia a finales del siglo I a.C., sólo los ciudadanos romanos podían utilizar los "Tria Nómina" (tres nombres: praenomen, nomen y cognomen). Sería el caso, por ejemplo de Titus Sulpicis Severus. Y es curioso que, tras la concesión del Ius Latii, cuando todo el mundo podía utilizar los tres nombres, se empezaron a dejar de usar. Eso es una prueba de que habían perdido su poder clasificatorio.
Y a la tercera cuestión cabe decir que son bastante los elementos que periten hablar de identidad proyecto. Como te acabo de indicar, los nombres personales son un filón para estas cosas, puesto que reflejan la personal individual de las personas y, muchas veces, la posición que ocupaban tanto dentro de su grupo familiar como en la sociedad en su conjunto. Pero además de los nombres, existen otros elementos como por ejemplo la religión. En el caso que hemos estudiado el grupo de los Irrico se vincula de forma exclusiva a una divinidad de nombre igualmente céltico que no se ha documentado en ningún otro sitio de la península ibérica. Y eso encaja perfectamente con la intención de crear elementos identitario basándose en materiales culturales particulares como es, en este caso, un presunto ascendiente céltico (que en el siglo IV A.D. debía haber quedado más que diluido...). El propio anagrama de los Irrico (realmente único a nivel peninsular) es otro ejemplo de crear diferencia y exclusividad. Pero son muchos más los ejemplos a lo largo del imperio que permiten hablar de estrategias similares. En los Países Bajos se ha llegado a detectar un tipo específico de muñecas vinculadas a grupos indígenas.
La literatura sobre este último aspecto es abundante, y si quieres te puedo algunos títulos bastante útiles.
En cualquier caso, gracias por tu atención y ni que decir tiene que si tienes más dudas estaremos encantados de contestarte.
Un saludo,
Jesús y Patricia
Responder