LA MUERTE Y LA EDUCACIÓN EN LOS ESTUDIOS SOBRE ENVEJECIMIENTO EN PERSONAS MAYORES

Hablar de la muerte es un hecho particularmente difícil. Esto es debido a que se trata de un tema que no se deja atrapar por el discurso humano, la mayoría de las veces queda relegada o incluso eludida por la mayoría de las personas, transformándose en un verdadero tabú. La muerte nos provoca emociones que no deseamos, morir se transforma en algo terrorífico ante la pérdida de todo, por este motivo se elude hablar de ella. Se trata de un proceso que se ha trabajado desde diversas perspectivas (religiosa, psicológica, biomédica, filosófica…), el cual se presenta como una experiencia universal en la que cada individuo la siente, vive y enfrenta de una manera distinta, dentro de un contexto familiar y social, caracterizado por una serie de experiencias previas e influido por sus creencias religiosas, su origen cultural o su interpretación filosófica de la realidad, sobre lo que se ha regido su vida.

El proceso de envejecimiento, junto a los indicadores demográficos, apunta hacia un cambio en la pirámide poblacional, aunque actualmente no se le otorga la importancia necesaria. Uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad es el aumento de la esperanza de vida. Se trata de un fenómeno que debe ser abordado desde diversas dimensiones, como por ejemplo: la economía, la sanidad y otros servicios sociales.

Este artículo se orienta a aquellos profesionales cuyo trabajo se dirige a la atención de personas mayores, en concreto, se centra en analizar los estudios sobre muerte y educación en mayores, para conocer si el alcance educativo en este ámbito es relevante dentro de los procesos de preparación para la muerte, tanto propia como ajena, así como si se recurre a programas formativos para ayudar a las personas mayores en la última etapa del ciclo vital.

Las principales líneas de investigación en relación con la muerte se presentan en torno a varios aspectos, los cuales tratan de proporcionar una respuesta a la existencia de la muerte y el porqué de su negación.

En este sentido, se pone de manifiesto la investigación acerca del proceso evolutivo del ser humano, tomando como referencia las cuestiones anteriores para determinar cuáles son las estructuras del cerebro relacionadas con el comportamiento ante la muerte y el morir. De esta manera, para entender el problema de la muerte es fundamental comprender la importancia de las capacidades cognitivas de la autoconciencia y la conciencia.

Es importante aclarar que la educación para la muerte puede entenderse como una parcela de la pedagogía cuyo objeto de estudio es la formación en temas relacionados con la muerte. La educación, apoyada en soportes pedagógicos, puede contribuir al conocimiento de la muerte propia y ajena.

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