"Sociología y género. Ideas para la educación"

La discusión en torno a la diferencia entre sexo y género está presente en los diferentes ámbitos de la vida social: la familia, la educación, la salud, la política y la economía, con repercusiones de singular importancia en cada uno de ellos. Con esta ponencia se pretende iluminar dicha problemática desde una antropología realista. Se presenta, como tesis principal, que la identidad sexual es una realidad dada –por naturaleza- y, al mismo tiempo, una realidad que se desarrolla personalmente porque en ella se conjugan sin contraponerse, naturaleza y libertad. En primer lugar, se exploran los conceptos de cultura, género y naturaleza, y, desde esta plataforma, se analizan con detenimiento las etapas del proceso de identificación con el propio sexo, puesto que, en la persona humana, el sexo y el género no son idénticos, pero tampoco son completamente independientes. Para que cada persona crezca en la percepción, aceptación, identificación y cultivo de sí en su propia identidad, el artículo profundiza, a continuación, en aquellas cualidades que son más propias del varón y en aquellas que son más propias de la mujer tanto en relación a su constitución antropológica como a su misión específica. Varón y mujer se presentan así como iguales en dignidad en cuanto personas, pero, desde una antropología realista, se les reconoce como distintos a nivel biológico, psíquico y espiritual, y, por ello mismo, como seres complementarios. La investigación termina señalando tres concepciones sobre la relación entre sexo y género en la historia reciente. Las dos primeras radicalmente contrapuestas: la primera de ellas hace una opción determinista por la identificación entre sexo y género, asociando cada género con funciones sociales específicas y excluyentes; mientras que la segunda es una propuesta liberal-radical conocida actualmente como “ideología de género” y que defiende la total independencia entre sexo y género, entendiendo la identidad sexual netamente como una construcción social que cada persona puede elegir. La tercera concepción tiene su fuente en la antropología personalista que concilia los dos modelos anteriores: la persona humana existe como varón o como mujer, poseen características esenciales, no intercambiables, como la paternidad o la maternidad respectivamente, así como otros características que son accidentales y que pueden ser asumidas por uno y otra: la profesión, las responsabilidades sociales, etc. Se concluye que ambos sexos, necesarios y complementarios, deben estar presentes en la sociedad aportando aquello que les es específico en una creatividad cooperativa. La construcción de la sociedad no se logrará a través del enfrentamiento entre el varón y la mujer, sino en la aceptación y comprensión de su diferencia enriquecedora.

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